Esta foto del 13 de junio de 2011, el presidente de Damilic Corp., Bob Olding, sostiene el papel mientras una pluma automática produce una firma en las oficinas de la corporación en Rockville, Maryland. Damilic Corp. es el fabricante más grande de plumas automáticas que reproducen firmas. Los presidentes estadounidenses han utilizado estas plumas durante décadas, un secreto a voces del que nadie en Washington quiere hablar. (Foto AP/Manuel Balce Ceneta)
WASHINGTON (AP) — Es un secreto a voces del cual nadie quiere hablar en el gobierno: esa codiciada firma presidencial guardada en un álbum o enmarcada probablemente nunca pasó por las manos del mandatario.
Durante varias décadas, presidentes tanto del Partido Demócrata como del Republicano han usado una pluma automática para sus firmas. La máquina fue utilizada hace poco para firmar una ley, aparentemente por primera vez.
El presidente Barack Obama usó la pluma automática para firmar una extensión de ciertas cláusulas de la llamada Ley Patriota cuando estaba de gira en el extranjero y no había tiempo para mandársela. La Casa Blanca no ha hablado del tema.
“Siempre he escuchado que la pluma automática es la cosa más protegida en la Casa Blanca después del presidente”, dijo Jack Shock, quien tenía permiso para usar la pluma automática de Bill Clinton cuando fue su director de cartas y mensajes presidenciales.
Jim Cicconi, quien supervisó el uso de las plumas automáticas para el presidente George H.W. Bush, recuerda que la plantilla plástica para las máquinas —sí, había más de una pluma automática— se desgastaba de tanto usarla.
El presidente Ronald Reagan tenía 22 plantillas de firmas diferentes, incluidas “Ron”, “Dutch” y otros apodos, para hacer parecer más auténticas sus firmas falsas, dijo Stephen Koschal, un verificador de firmas que hace dos años publicó una guía de las firmas presidenciales efectuadas por plumas automáticas.
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